Para relajarse, para salir del mundanal ruido, para informarse o tan solo para pasar un momento contribuyen los programas de televisión. Gracias a escritores, productores y libretistas, la televisión nos permite ver mundos ficticios que no se separan mucho de la realidad que vivimos. Cada novela, cada serie, cada capítulo es una obra artística producto de la unión de unas cabecitas; una obra artística de la que disfrutamos nosotros, los televidentes.
Tal y como está demostrado, no se necesitan de grandes efectos, sino de una buena trama para que la serie o al novela capte el interés del publico. Claro ejemplo son las novelas brasileñas, o las novelas mexicanas. No hay que olvidarse de las series gringas… muchas de ellas, excelentes. Para que duren más de seis años, son evidentemente el resultado de una gran idea que permite llevar una continuidad.
Todas estas obras audiovisuales, cuando las vemos, nos dejan un sabor agradable. Al final de cada episodio, nos dejan con las ganas de ver más; pero también nos dejan con una sensación de tristeza cuando llegan a su episodio final. Pasan los años y las recordamos, ya sea por los personajes o por algunas escenas. Claro, muchos de nosotros deseamos verlas una vez más. Y es bueno. Pero ahora se les ha vuelto costumbre a todos los medios televisivos el hacer el copy paste de series o novelas, o hacer el refrito del refrito del refrito de un éxito. ¿Acaso a los creativos que contratan se les acabaron las ideas? ¿Ya no sabe qué transmitir? O ¿esperan tener un éxito del a versión x de determinada obra?
Al menos es da a entender la cadena mexicana Televisa, quien actualmente, salvo dos novelas originales ha decidido hacer el copy paste de éxitos extranjeros. Desde Rebelde, el copy paste de la novela argentina Rebelde Way, la mayoría de las novelas mexicanas son su versión criolla de novelas extranjeras, como Lety, el clon de Betty; Juan Querendón, el de Pedro el escamoso y otros más. A esta cadena se siguen las televisoras latinas, quienes se unen y coproducen muchas series gringas y las hacen novelas, como la versión colombo-ecuatoriana de Amas de Casa Desesperadas. O nuestras cadenas, quienes hacen la versión criolla de Bill Cosby, Tres son multitud o de Floricienta. Perdón: Cliffor, Tres son compañía y Cholicienta. Para colmo de males, las cadenas brasileñas se están contagiando de esta enfermedad, clara muestra es TvOGlobo con Esmeralda o Los ricos también lloran.
Como televidentes, ya nos cansamos de ver las mismas historias, las mismas tramas…. Deseamos ver historias nuevas, interesantes. Deseamos ver perspectivas distintas de la vida, y no la versión criolla de cualquier cosa. Fue chévere cuando nos reíamos de las comicidades de Pedrito Coral en Bogotá con doña Nidia, pero ver eso mismo Junto a Eduardo Santamaarina y silvia Pasquel???? Fataaaaaal. Desgraciadamente, los canales que compran estos refritos creen que, al comprarlas, tendrán un éxito tan rotundo como lo tuvieron con las versiones originales.
Ideas como estas no permiten desarrollar a los talentos locales que tienen ideas nuevas y frescas. Por comprar el refrito de El Derecho de Nacer, ECUAVISA no le permitió al equipo de David Reinoso el crear la novela de La pareja feliz o del Cholito, que, aunque al público al que va dirigido es netament local, ha gozado de verios galardones que avalizan su excelente trabajo. De esto se quejaba Manolo Galvez, uno de los actores de Vivos, en un programa familiar. Lo peor es que los otros canales piensan de la misma manera. La única televisora local que brinda producto nacional, es TC (increíble, pero cierto). Pocas son las novelas colombianas o venezolanas que transmite, y grandes los éxitos que ha tenido con Ni en vivo ni en directo o Solteros sin Compromiso.
Lo único que podemos pedirles a los magnates de las cadenas televisivas locales es que, por un momento, dejen de ver el negocio y vean como televidentes si el negocio en realidad vale la pena. Deberían mirar el éxito de TC televisión o de las cadenas grandes que invierten en producto local. No siempre el éxito se encuentra lejos.. el verdadero éxito se encuentra más cerca de lo que uno imagina. Además, todos queremos ver ideas nuevas… Mucho refrito…rico, pero ¡ya cansa!. ¿o no?
4 comentarios:
Tienes razon, por lo visto a muchos de los grandes empresarios se les está acabando la imaginación o simplemente quieren hacerse aún más ricos con "glorias del pasado", lo bueno es que por más que se esfuercen, el "refrito" nunca saldrá tan bueno como el original. Para muestra un botón, la versión mexicana de Betty la Fea, más parece un rosario de nunca acabar y los personajes son tan sobreactuados que molestan.
Es verdad hay historias que son buenas y es interesante repetirlas; pero ya cansa todo, lo mismo y lo mismo, lo interesante de una historia es no conocer el capitulo del dia siguiente o mejor aun imaginarselo...
Sería fabuloso que no necesitemos recurrir a copiar la extranjero, sino producir lo propio, sin caer en LA VULGARIDAD de TC Televisión. Es decir, producir calidad.
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